Desde el Partido Socialista de Argentina, nos encontramos frente a un escenario político nacional tan cruento como inédito: El presidente Javier Milei nos propone una agenda de permanente confrontación y degradación. Asistimos, azorados, a una nueva (mala) noticia diaria, que resumidamente implica, o bien la pérdida de un derecho, o el retiro del Estado de una cobertura, la paralización de una obra, o el desfinanciamiento de una institución, entre tantos otros ejemplos.
En dicho marco, y en una búsqueda de desviar el foco de atención de manera burda e intencional, -ante cada situación como las mencionadas anteriormente-, aparecen los ataques de odio del presidente Javier Milei. En uso de su investidura, y siguiendo la referencia del mandatario de EEUU, Donald Trump, el presidente ha agredido desde el inicio de su gestión a diversos colectivos sociales, a las mujeres, a la comunidad LGBTIQ+, a las personas migrantes, a dirigentes políticos de la más variada extracción política, periodistas, referentes culturales, activistas contra el cambio climático, y la lista continúa.
Tal como hemos visto hace unas semanas en el Foro de Davos, una vez más, Milei utiliza un escenario global para incitar a la violencia y la intolerancia hacia quienes piensan o expresan ideas distintas. En un país democrático, plural y diverso como la Argentina, rechazamos categóricamente que se utilice el poder de representación para sembrar odio. Todas nuestras vidas y familias importan y merecen respeto. Por eso nos plantamos y decimos basta a los discursos que generan violencia desde cada espacio donde el socialismo tiene una voz.
No es ninguna novedad que las cifras actuales reflejan una clara desigualdad entre varones, mujeres y disidencias en áreas como ingresos, acceso a cargos, tareas de cuidados y oportunidades de desarrollo, y que la violencia machista sigue siendo una de las deudas más urgentes, siendo que en lo que va del año hemos registrado al menos un femicidio por día. Sin embargo, el gobierno nacional, a contramano de cifras y de realidades, busca eliminar la tipificación del femicidio como agravante en el Código Penal.
En materia sanitaria, Milei encabeza una política de Estado negacionista de su propio rol, propiciando el abandono a su suerte de millones de argentinas y argentinos. La reciente desvinculación de Argentina de la Organización Mundial de la Salud da cuenta de la magnitud del peligro al que este gobierno nos enfrenta: dificultades para obtener medicamentos y vacunas, menor información epidemiológica, pérdida de financiamiento sanitario, aislamiento de redes de cooperación ante enfermedades regionales y globales, son solo algunas de las nefastas consecuencias de semejante decisión.
Lo que está claro, es que ante estas decisiones irrazonables, burdas, regresivas, y de alto nivel de crueldad, lo único que se pone a la vista es un intento de imponer y modificar la agenda política a costa de negar la realidad y la cotidianeidad de quienes vivimos en este país: una brutal caída del consumo, el exponencial crecimiento de cierre de PyMEs, fábricas reduciendo drásticamente su personal, el ajuste a las y los jubilados, y los vergonzantes aumentos de pobreza e indigencia en lo que va de la gestión Milei.
Ante ello, el socialismo tiene una propuesta superadora a este gobierno despiadado: avanzar en un nuevo modelo de Estado, más eficiente, que dé respuestas ante las encrucijadas de una sociedad fragmentada y desigual, pero pujando por tener pisos de bienestar y de progreso; desarrollar una reforma tributaria progresiva e integral, que contribuya a un crecimiento armónico federal; construir acuerdos sobre un modelo de desarrollo económico nacional en el concierto regional y global; fortalecer la ética pública en la gestión, constituyendo un elemento imprescindible para la acción política; garantizar el acceso a una educación y salud de calidad, y a un trabajo genuino, entre otros puntos.
Somos conscientes de que la sociedad eligió a través de su voto un rumbo distinto en el pasado 2023, y que necesitamos (tal como lo venimos proponiendo y haciendo desde el socialismo) una democracia con instituciones sanas, sólidas, en permanente sinergia y sin corrupción; pero también sabemos que ese camino no implica un consenso generalizado en la idea que promueve La Libertad Avanza, que se ha resumido hasta este momento en destruir a su paso todo lo que pueda.
Frente a este panorama, el Partido Socialista reafirma su compromiso con la construcción frentista de una Argentina más justa, democrática, equitativa y federal.
Rechazamos los recortes presupuestarios, el vaciamiento de políticas públicas y los intentos de derogar normativas que son conquistas sociales. Creemos en el diálogo y la participación como dos pilares de nuestra construcción política. Con una mirada plural, debemos anclar nuestro norte en poner un freno a la extrema derecha y al autoritarismo en Argentina.
El socialismo ha demostrado, tanto en la Cámara de Diputados de la Nación como en municipios, legislaturas provinciales, concejos deliberantes, universidades, organizaciones de la sociedad civil y demás espacios de participación, un compromiso inquebrantable con la denuncia permanente a las atrocidades del gobierno nacional, y la búsqueda activa de consensos en materia política con quienes compartimos una mirada -ante todo, democrática- respecto a la realidad que vivimos. Tal como hemos dicho al cumplirse un año de la gestión de gobierno, nos posicionamos frente ante la arbitrariedad y la violencia, así como escuchamos y participamos por un futuro distinto.
Asimismo, hemos desarrollado un diálogo abierto con sectores políticos con los cuales compartimos un marco de acción democrático, que creen que Argentina no se construye eliminando al que piensa diferente, y que abona a la idea de construir políticas de Estado. Ello se traduce en la acción del socialismo en materia de labor parlamentaria en el Congreso de la Nación.
El socialismo tiene un aporte por hacer en cuanto a su experiencia de gestión y equipos técnicos para la construcción de una agenda social para el progreso de Argentina. Hemos avanzado en diálogos con trabajadores, usuarios y consumidores, sectores empresarios, gremiales, del comercio, el campo y la industria, como así también con dirigentes del radicalismo, del peronismo, espacios políticos provinciales y otras expresiones partidarias, en la búsqueda de generar acuerdos amplios, que pongan un freno a la destrucción y desintegración del estado argentino.
Conscientes de la dolorosa realidad de nuestro país, como socialistas estamos comprometidos en promover las bases para un crecimiento y desarrollo económico sostenible, priorizando el trabajo, la producción y el bienestar social. Rechazamos contundentemente las expresiones políticas que apoyan a los extremismos, y además de ello vociferan mensajes de odio, desintegración social y violencia.
Salir de este complejo momento político requiere de esfuerzo, coraje y decisión, pero también de una sociedad que acompañe una propuesta de país unido, libre de violencias, democrático, justo y soberano. Como socialistas, estamos llamados a ese enorme desafío.
No claudicamos ni bajamos los brazos. Tenemos mucho por hacer. Una mejor Argentina nos espera.
Consejo Federal
Rosario, 15 de febrero del 2025.-
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